Ta ibili munduan

Furgoneteo, Perpignan y previas al viaje asiático

Después del trepidante viaje a Disney, necesitamos un día mínimo de recuperación. Como no dependemos de ninguna reserva ni nada, en vez de salir el lunes con la furgo, decidimos irnos el martes. Endika tiene unos días de vacaciones y vamos a salir con la furgoneta sin rumbo fijo.

Solo tenemos clara una cosa: hay que pasar por Valladolid para que Coque nos enseñe a poner el portabicis de la furgo. Así que vamos directos para allí y aprendemos lo fácil que es montar el portabicis mientras se nos queda cara de tontos. Es facilísimo y lo montamos en un segundo.

 

Estando ya por tierras vallisoletanas, aprovechamos para irnos con Coque, Sonia & Company a visitar Urueña, la villa del libro. Es un pueblo con mucho encanto y muy conocido por todas las librerías que hay en su interior. Son antiguas, con muchos libros de segunda mano y un montón de máquinas de escribir de adorno.

Nuestro único inconveniente en nuestra visita es que no supimos elegir muy bien dónde dormir con la furgo y nos comemos la primera multa pernoctando con nuestra furgoneta. Nos la ponen por pasar por un camino por donde estaba prohibido para los coches. Alucinamos porque el Google Maps nos llevó hasta allí sin problema. Pero por meternos en líos agachamos cabeza, les damos la razón y cuando nos escoltan para salir sé allí resulta que había una valla enorme. ¡Os prometo que por ahí no pasamos ni levantamos ninguna valla!

Una vez aprendida la lección, para la segunda noche en Valladolid escogemos mejor el sitio. Eso sí, antes de irnos de Valladolid pasamos por La Tasquita. No podemos irnos de allí sin tomarnos el bocadito de tartar de solomillo a la pimienta. ¡Qué locura! Hacía mucho que no veníamos por aquí.

Salimos de Valladolid con dirección a las Bárdenas Reales. Se me antojó hace tiempo y me parece una muy buena oportunidad para pasar por ahí. Hay poquita gente, ya que es entre semana y además no hace tanto calor como en verano. ¡Hemos elegido genial el día para venir de visita por aquí! Nos hacemos la ruta circular en coche, parando para hacer fotos y nos vamos a dormir a un camping que está muy cerquita.

El camping de Villafranca está pasable. Es bastante caro para la época del año en la que estamos. Pero para poder darnos una ducha calentita nos viene de perlas. Ahora solo queda pensar por dónde vamos a hacer el camino de vuelta a casa. Al final decidimos pasar por Oronoz, cerquita de Elizondo y visitar a Agus, Kina & Company. Entre una cosa y otra, me terminan enseñando cómo funciona el Minecraft. ¡Error! Voy a perder horas y horas de mi vida en ello.

Ahora solo que queda aprovechar el sábado. Ya que pasar por casa significa poner lavadoras y preparar la siguiente maleta. Mi próximo destino es Perpignan. Una semana de relax, preparar mi viaje por tierras asiáticas y visitar pueblitos cercanos a Perpignan. Mientras Tutty está trabajando, los primeros días aprovecho para adelantar temas del viaje: el seguro, lista de la maleta, últimas compras que necesito hacer, ponerme al día con los post del blog para poder escribir lo de Filipinas llevándolo al día… Unos días muy productivos.

Pero Perpignan no tiene gran cosa para visitar, así que a partir del miércoles empiezo a coger el coche para irme de ruta por los pueblitos cercanos. Hay uno en la costa que es especialmente chulo, donde murió Antonio Machado. ¡Ojo al dato! Cuando lo leí me extraño un montón, pero así es. Se llama Colliure, y aunque Tutty trabaja mucho, ha tenido tiempo de venirse a dar un paseo por allí.

En cuanto a los pueblos del interior, hacia la montaña, estos también son preciosos. Pueblos muy pequeños rodeados de una muralla y con un castillo en la parte más alta. Son pueblos en los que las casas son de piedra y las tienen muy cuidadas. ¡Me han encantado!

Y por último, aquí tenéis una gran historia ocurrida durante mi estancia Perpignan mientras preparaba el viaje a Indonesia. Resulta que en mi segundo día en Perpignan me llaman para comunicarme que mi viaje organizado a Indonesia no sale adelante, ya que no hay suficientes personas para formar el grupo. Es algo que entraba dentro de mis planes. Cuando compré el vuelo únicamente estaba confirmado el de Filipinas y pensé: ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que me vaya a Indonesia sola? ¡Pues adelante!

Solo que si había cogido los viajes organizados era básicamente porque no tenía ni tiempo ni ganas de organizarlo. Así que siendo una chica de recursos decidí entrar a Google a buscar alternativas. Y aquí va la historia de cómo conseguí a dos compañeras para el viaje para Bali.

Para empezar tuve que entrar a Facebook, buscar “mochileros por Bali” (que esto lo puedes hacer con cualquier parte del mundo) y salen grupos donde puedes buscar gente que también esté viajando sola. Con tal buena suerte que encontré una chica que iba a viajar durante todo noviembre sola por Indonesia y quería compañeros de viaje para compartir gastos.

Obviamente, le envié un mensaje diciéndole en qué fechas estaría por allí y ella me contestó diciendo que había contactado con otra chica más y me comentó el plan que tenían pensado. Sinceramente, su itinerario me cuadraba a la perfección, por lo que me voy a ir a Bali y voy a estar acompañada de dos argentinas a las que no conozco de absolutamente nada. Pero tienen toda la pinta de ser simpatiquísimas y el viaje me va a salir mucho más barato. Bueno, a las tres. Aquí todas salimos ganando.

Conclusión: me voy a Filipinas en un grupo organizado con gente que no conozco y después me voy a Bali con dos argentinas que me he buscado y tampoco conozco. ¿Qué puede salir mal? Aquí el que no se busca plan es porque no quiere.

Resultado: Estoy atacada de los nervios y las últimas noches me ha costado bastante dormir. Tengo muchas ganas del viaje y conocer gente nueva. Pero si lo pienso un poco, con la edad me estoy haciendo más asocial y me da más pereza todo esto. ¡Qué sí! ¡Qué me lo voy a pasar genial! Pero no quita para que me dé mucha pereza y esté bastante nerviosa.

Y como quien no quiere la cosa, entre una cosa y otra, me encuentro saliendo de Donosti en el bus que me lleva al aeropuerto de Bilbao.

Primero voy de Bilbao a Madrid, de Madrid a Estambul y de Estambul a Manila. Me espera un largo viaje y muchas horas antes de llegar a destino, pero no tengo ningún problema para ir dormida casi todo el camino. En el primer vuelo no me duermo porque ya he dormido en el autobús hasta el aeropuerto y encima en mi vuelo viajan también los dos chicos de Pantomima Full, Alberto Casado y Rober Bodegas. A Rober ya lo vi en un monólogo en Madrid y me meé de la risa. ¡Qué grandes!

Una vez llego a Madrid me toca buscar un sitio donde pasar el rato, ya que tengo 5 horas de escala. Estoy en Madrid, no es tan larga la escala, intento convencerme de que todavía voy fresca y mentalmente preparada para esto, pero… ¡Se me hace muy largo!

Dejando ese pequeño detalle a un lado, llega el momento de embarcar hacia Estambul. Durante el vuelo aprovecho para ver una serie, escuchar algo de música y relajarme. Tengo la suerte de ir en el pasillo y, aunque solo son 4 horas y pico de vuelo, está genial por si quiero moverme. Y en una de las que voy a baño, me encuentro a un señor bastante mayor esperando para entrar. Para mis adentros pienso que tiene cara de filipino y tranquilamente coge conmigo el siguiente vuelo. Pero en el momento que veo que intenta entrar al baño, pero está ocupado, entre mímica y hablar muy lento, intento explicarle que hay alguien dentro y que tiene que esperar. Él solamente me sonríe, se gira y sigue empujando la puerta. No me entiende y yo ya me he esforzado demasiado.

Sigo esperando a que pase el señor cuando a lo lejos me saludan tres chicas muy efusivamente. ¿Quiénes son? ¿Acaso las conozco? Sería demasiada casualidad, así que me giro, paso de ellas y espero mi turno en el baño.

Al llegar a Estambul, tengo dos horas de escala y mi puerta para el siguiente vuelo todavía no está puesta. Busco una zona donde sentarme cerca de las pantallas y… ¡Sorpresa! ¿Quién está esperando a que pongan la puerta de embarque para el vuelo a Manila? ¡Efectivamente! El señor mayor que me encontré en el avión en la cola del baño. ¿Y con quién va? ¡Con sus sobrinas! Que son las tres chicas que pensaba que me saludaban a mí de lejos. ¡Vaya cuadro estoy hecha!

Mientras espero en la puerta de embarque antes de salir hacia Manila, mis sensaciones son buenísimas. No es el típico vuelo lleno de turistas. Casi todos tienen pinta de ser filipinos y tienen una sonrisa continua… Que solo me hace pensar que me van a tratar genial en este viaje. ¡Estoy muy contenta! ¡Todos son un amor!

¡Y ojo al dato! No verás a nadie con una mascarilla de tela. La distancia entre unos y otros les da exactamente igual, pero las FFP2 parece que las regalan en alguna parte. No es obligatorio el llevarlas, pero casi todo el mundo se pone la suya.

Una vez dentro del avión, es mi momento para aprovechar. Tengo 12 horas por delante, las cuales me separan de unas nuevas y sorprendentes vacaciones. Según pillo mi asiento, saco mi kit para viajes y me quedo dormida en cuestión de segundos. Me despiertan a la hora de haber salido para darnos lo que podría ser la cena y nos reparten un neceser a cada uno. En él hay unos calcetines, unas zapatillas, un antifaz, tapones para los oídos y un cepillo de dientes con su pasta incluida. ¡Vaya lujo!

Me pongo los calcetines, me pongo el antifaz, hincho mi almohadita para el cuello y me quedo dormida. Abro el ojo un pelín para ver cómo vamos e ir al baño y resulta que del vuelo de 12h solamente quedan 3. ¿En qué momento ha pasado tan rápido el tiempo? ¡No he tenido la sensación de dormir tanto!

Antes de bajar del avión, a dos horas de aterrizar, nos dan de desayunar. Se me hace raro, ya que son las 19:00 en Manila. Pero es verdad que en mi horario cuadraría perfectamente estar desayunando en ese momento.

Nada más bajar del avión paso los controles bastante rápido. Pero por desgracia tardan mucho en sacar las maletas. ¡Normal! Todas las maletas salen perfectamente colocadas en la cinta, en la misma dirección e igualmente colocadas todas, de manera que cuando para por delante de ti solamente estiras el brazo, agarras del asa y la maleta ya es tuya.

¡Ya estoy en Manila! Solo tengo que conseguir llegar al hotel para encontrarme con dos de los compañeros que tendré en este viaje. ¡Que ganas de conocerlos a todos! Aunque hoy solamente está Alberto, el coordinador, y Juancar. Cambio 50€ a pesos filipinos para poder coger un taxi al hotel. En cuanto salgo a la calle enseguida viene un montón de gente para llevarte en taxi. Acabo hablando con uno que quiere timarme de mala manera. Menos mal que en el grupo dijeron más o menos cuánto debía costar el trayecto, porque me quería cobrar 10 veces más.

Consigo encontrar la cola para los taxis oficiales y me pongo a esperar con los demás. Tardan mucho en ir llegando taxi tras taxi, pero en cuestión de media hora ya tengo el mío y me lleva hasta el hotel por 5 euros. ¡Esto ya me cuadra más!

En el hotel me junto por fin con Alberto y Juancar y entre bostezo y bostezo decidimos irnos a la cama pronto. Mañana ya madrugaremos, una vez que hayamos recuperado energías. Tiene pinta de que va a ser un viajazo. A ver cuándo llegan los demás y empezamos esta aventura. ¡Vámonos!

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